En un
principio, no se necesita nada especial para empezar a hacer un ayuno con fruta. De hecho es la dieta más fácil del mundo – dejas de comer todo salvo
fruta y ya está. Pero por experiencia sé que es mejor hacer algunos
preparativos, sobre todo si queremos realizar un curso de varios días seguidos.
Llamadme
maniática del control, pero yo prefiero hacer planificación hasta del ayuno. En
serio, creo que es importantísimo mentalizarse con lo que se va a hacer y
también explicarlo bien a la gente con la que convivimos, ya que el confort
psicológico durante los días de ayuno puede llegar a ser definitivo. Claro,
estaría mejor no hacer un ayuno justo los días de la boda de tu mejor amiga o
cuando hay fiestas donde por definición nos vamos a encontrar con mucha comida
y gente de buen apetito. Cosas así de agradables hay que poderlas disfrutar,
así que mejor dejar el ayuno para algún momento más tranquilo.
La
regla de oro para hacer bien un ayuno sin sufrir es estar muy atentos a lo que
nos pide nuestro cuerpo. Si nos da señales de que ahora no es el momento de
privarse de comida sólida, pues no hay que forzarlo. Habrá otro momento mejor.
Durante el ayuno no hay que permitir sentir hambre aguda en ningún momento.
Esto se consigue fácilmente respetando las señales del cuerpo: si sentimos
hambre - comemos una fruta, si sentimos sed - tomamos agua, si tenemos algo de
frío – una infusión nos ayudará entrar en calor, si sentimos algo de debilidad
– tomamos una cucharita de miel, si estamos cansados – nos echamos un rato, si
nos entra sueño antes de tiempo – pues habrá que irse a la cama aunque sean
todavía las 21 h. De todas formas, es bueno saberlo de antemano - si estamos
atentos a lo que nos comunica nuestro ¨ser interior¨, podemos aguantar
perfectamente el ayuno sin llegar a sentir incomodidad.
Antes
de empezar, está muy bien informarse sobre cómo funciona el ayuno. Cuando
empiece el proceso de desintoxicación
puede que suframos algún empeoramiento no sólo anímico, sino físicamente. Es la
así llamada crisis curativa. Si hemos
llevado una alimentación muy descuidada o estamos expuestos a una mayor
contaminación en nuestro día a día, al empezar el cuerpo a procesar las toxinas
que llevamos acumuladas, éstas se concentran y podemos sufrir mareos, dolores
de cabeza, mayor mucosidad o sudoración, etc. Normalmente estos síntomas
desaparecen a las pocas horas o en el caso de ayuno prolongado a los 2 o 3
días. Si no es así, no hay que forzar el cuerpo y es mejor dejar de ayunar. Se
puede optar por hacer un ayuno de medio día o de un día a la semana durante
varios meses.
Hola. Te comento que estoy haciendo la dieta del arroz rojo y luego me gustaria hacer un ayudo. pero quiero saber si debo recuperarme primero de la dieta del arroz rojo de una manera especial o bien puedo continuar con el ayuno. Mi idea es poder desintoxicarme y limpiar mi cuerpo, pero me preocupa que cando comience a comer normal tenga tanta hambre que pueda subir de peso.
ResponderEliminarQué me puedes decir al respecto? Muchas gracias
¡Hola, ...dulce y brillante! Me alegro que has decidido cuidarte. Entiendo que puedes estar preocupada por el tema del peso. Es difícil prever cómo te afectaría el ayuno, ya que depende mucho de tu peso inicial, tu metabolismo, tu dieta habitual, tus molestias crónicas, si tomas alguna medicación, etc. Puedo contarte mi propia experiencia. Durante el ayuno se está perdiendo peso, lógicamente. Los primeros días se baja 1 kilo al día, luego se baja menos - medio kilo o 200 gramos, hasta que se llegue a un punto que ya no se puede bajar. Luego con la dieta de recuperación se recuperan un par de kilos y después cuando vualvas a tu dieta habitual, pues depende de cómo es esta dieta. Si te cuidas y comes mucha fruta y verdura, puedes mantener el peso estable. Además con hacer un día de ayuno a la semana, el peso se mantiene perfectamente. En cuanto al hambre que puedes llegar a sentir, es muy habitual que no te apetezca comer tanto como antes - tu estómago se adaptaría a cantidades de comida más pequeñas. En mi caso también se me quitaron las ganas por tartas, pastas, nata y dulces pesados. Espero que te sirva de algo mi experiencia. En todo caso, lo mejor es ir con cuidado y ¨escuchar al cuerpo¨.
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