19 de abril de 2013

La Dieta del Agua

Antes de nada, deciros que no entiendo por qué se le llama ¨dieta del agua¨ a algo que simplemente es un hábito saludable que todo el mundo debería de tener.  No obstante, parece que el término ¨dieta del agua¨ se ha vuelto muy popular, sobretodo en internet, así que me he visto obligada a usarlo yo también. Hay que reconocer que llamándolo así, le da al tema cierto aire de sofisticación... ;)
Yo siempre me he preocupado por beberme los 2 litros de agua diarios y aunque parezca una obviedad, os aseguro que no es nada fácil. Pero dejé de quejarme de cuánto me cuesta conseguir este objetivo el día que por recomendación médica tuve que empezar a tomar 3 litros de agua como parte de un tratamiento..:) Al volver a la normalidad, después de aquella experiencia, tomé algunas medidas para asegurarme de que me estoy tomando los 2 litros todos los días y el resto era conseguir fijar el nuevo hábito en el tiempo…

Un día navegando por páginas sobre naturopatía en internet, me di cuenta que una de las recomendaciones más recurrentes era la de empezar el día tomando agua templada o caliente en ayunas. Según la web (y el aguante de la correspondiente vejiga ;)) la dosis varía entre un vaso y un litro y medio de agua. Estuve probando varios días hasta dar con la dosis exacta para mí - 2 vasos de agua calentita. Ni más ni menos. Y es que me parece que tomarse de golpe una cantidad significativa como un litro y medio, además de algo desagradable, es innecesario. Lo entendería a lo mejor para hacer algún régimen corto (2 o 3 días) y en plan de tratamiento, es decir para ayudar a desintoxicar el cuerpo y tomándose la mañana con tranquilidad, puesto que una gran parte se va a pasar en el baño... Pero en general, hay que tener también mucho cuidado en no pasarse con la cantidad del agua que tomamos, ya que un consumo excesivo puede provocar hiponatremia - una disminución peligrosa de la cantidad de sodio en la sangre que puede afectar al correcto funcionamiento del cerebro. Aparte de eso, existe un riesgo de recargar demasiado los riñones y llegar a colapsarlos. Así que, mejor fijar una dosis de agua razonable según las necesidades de nuestro organismo y repartir el consumo durante todo el día.
Pero si nuestro objetivo es estimular el metabolismo por las mañanas y ayudar a la expulsión de las toxinas acumuladas en los riñones, es suficiente tomar 2 o 3 vasos de agua nada más levantarse. Es mejor tomar el agua caliente o por lo menos templada, porque así evitamos que la temperatura del cuerpo baje bruscamente y se detenga el proceso natural de limpieza interna, ya que los esfuerzos se van a redirigir a mantener el calor corporal. Está bien tener en cuenta que no es lo mismo si nos levantamos pronto por la mañana o a media mañana. Y es que los procesos fisiológicos de limpieza están mucho más activos a primera hora de la mañana y el efecto de nuestra ¨ayudita¨ con el agua sería mucho más pronunciado.
Veo que hay muchas recomendaciones de tomar el agua antes de lavarse los dientes. Me imagino que así ayudaríamos a evacuar también las toxinas que se acumulan en la boca durante la noche. Yo personalmente prefiero limpiar antes la boca con aceite, luego me lavo los dientes y luego me tomo los dos vasos de agua. Es una opción que tiene la ventaja de no tener que ingerir otra vez las toxinas de la boca y volver a procesarlos por el tracto digestivo.
Otra cosa a tener en cuenta es la calidad del agua que tomamos. Es mejor asegurarse de tomar agua mineral o incluso ligeramente alcalina. Y si el agua del grifo está buena, la opción más ecológica quizás sería depurarla del exceso de cloro con una jarra con filtro.  Si buscamos reforzar el efecto alcalinizante del agua, podemos añadir el zumo de medio limón recién exprimido o una pizca de bicarbonato de sodio que favorecen el balance del Ph del cuerpo.

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