6 de agosto de 2013

La Meditación de la Sonrisa

Un bebé sonríe 400 veces al día, un adulto - sólo 20 veces.

Una de las grandes revelaciones que he tenido últimamente es que la sonrisa y la felicidad son como el huevo y la gallina. Nunca podemos saber con certeza qué viene primero. Es sabido que sonreímos cuando sentimos alegría, pero poca gente sabe que la sonrisa por sí misma tiene el poder de hacer que la felicidad aflore. Es un mecanismo biológico que provoca una relajación inmediata de los músculos,  envía señales positivas al celebro y en consecuencia invoca la alegría que llevamos oculta.


Puede parecer algo metafísico, pero realmente es mucho más simple. No sólo sonreímos cuando estamos felices, sino que también podemos invocar esta felicidad a través de la sonrisa. Aunque esté forzada o no encontramos motivos para sonreír en este mismo momento. A los pocos segundos de empezar a sonreír, segregamos más saliva que viene a ser una señal de que los niveles de estrés bajan. De hecho, en muchas ocasiones la boca seca es señal de estrés (me pasa mucho cuando conduzco, ¡¿por qué será?! ;)), es decir prepara el cuerpo para una acción de enfrentamiento o huida. En cambio, la salivación abundante es señal de relajación, de que estamos a salvo y podemos descansar sin preocupaciones.

He llegado a este pequeño, pero significativo descubrimiento gracias a mi profesor de Hatha Yoga – QiQe de Meditación Canillejas.  En sus clases él siempre nos invita a ¨poner un gesto agradable¨ en la cara mientras realizamos los ejercicios. Al principio no entendía muy bien a qué se refiere, hasta que un día nos hizo de guía para experimentar esta meditación paso a paso. Es suficiente sentarse en postura cómoda, cerrar los ojos un instante y prestar atención. Luego simplemente sonreír y ver a continuación cómo empieza a relajarse el entrecejo y pronto afloran sensaciones agradables, recuerdos felices o esperanzas para el futuro de lo más prometedores. Si mantenemos la atención, puede que nos entren ganas de reírnos o cantar.

Es realmente sorprendente cómo este pequeño truco cambia por completo nuestra percepción de la felicidad. Y es que desde pequeños nos educan que tenemos que buscar la felicidad, porque es algo que está fuera de nosotros mismos y que por ello estamos destinados a perseguirlo como una meta externa. Nada más lejos de la realidad. Como seres humanos llevamos la felicidad dentro y sólo hay que hacerla aflorar, como demuestra la meditación de la sonrisa. No necesitamos que algo o alguien nos traiga la felicidad, sino que es al revés – somos seres felices por naturaleza y sólo necesitamos conectarnos a este estado de ánimo que ya conocemos, porque forma parte de nuestro ser.

1 comentario:

  1. Un artículo muy interesante que explica por qué funciona la meditación de la sonrisa a través de la conexión entre cuerpo y mente: http://elpais.com/elpais/2013/10/11/eps/1381491801_535234.html?rel=rosEP

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